Día 5: Portomarín - San Xulián do Camiño (después de Palas de Rey)
Día 6: San Xulián do Camiño - Arzúa ¡¡¡ VIVA SANTA VASELINA ¡¡¡
No.. No creais que es una santa gallega. Ni siquiera figura en el famoso Calendario Zaragozano que trae todos los santos del año. Es, simplemente, una fórmula mágica de farmacopea para evitar las rozaduras, el peor mal que puede tener un caminante.
En el momento en el que te pones a andar, la preocupación máxima es si serás capaz de llegar. Cuentas con tus piernas, con tus piés y tu voluntad para llegar al destino, en este caso lograr alcanzar a entrar en el Pórtico de la Gloria y dar unos cabezazos a O Santo dos Croques. Sin embargo, al empezar a caminar no cuentas con un "hándicap" que te puede amargar la existencia: un calcetín mal colocado, una bota demasiado holgada, una piedrecilla o chica que se te incrusta -nunca sabes cómo- dentro de la bota. Y ahí, precisamente ahí, empiezan los problemas. Comienzas a sentir algo en el pié. Al principio no le das la más mínima importancia. sin embargo, pasado un rato, el malestar se agranda... se agranda... se agranda cada vez más hasta hacerse insoportable. Dejas de pensar en todo y todos tus sentidos se concentran en los dedos, el talón o donde te duela. Cuando terminas de caminar, los resultados ya son desastrosos: andas incómodo, cuando no medio cojo... y los daños son imposibles de reparar en unas horas.
Pero, ¡¡¡ ay amigos ¡¡¡ hay una solución antes de comenzar a andar: unas botas bien "domesticadas", unos calcetines de lana-lana ( no las caralladas acrílicas) y... vaselina... una buena huntada de vaselina en los piés que, pese al pringue, engrasará tu principal medio de locomoción y evitará esas rozaduras que no te dejan ni pensar.
Respecto a la caminata, deciros que llevamos dos días de intenso calor. Las mañanas son magníficas (gallegas, diría yo). La niebla te ayuda por las "corredoiras" por donde transcurre el Camino. Pero a partir de las once de la mañana, la niebla se disipa y comienza un calor sofocante digno del mes de junio. Así son las cosas.
En el Camino, ya os lo he contado, aparecen personajes de lo más singular. Así es al menos el trío de italianos con los que hemos compartido estos dos últimos día . Un boticario de Padua, un jubilado de universidad que toca magníficamente la armónica y que una de sus hijas ha grabado con el grupo "Milladoiro" y un divulgador científico muy aficionado a los vinos por encima de los 14 grados. Rollizos, alegres, forman un trío de película.
Hoy estamos hospedados en el albergue municipal de Arzúa. Ayer, la noche la pasamos en San Xulián do Camiño, un pueblecito de 12 habitantes donde se encuentra un albergue que se llama "O Abrigadoiro". Miguel, su hospitalero, es también todo un personaje. Se ha convertido en imprescindible para todos los vecinos: igual repara una tubería, hace un tejado o ajusta un carro de esos típicamente gallegos cuyas ruedas nos siguen recordando las películas de "romanos".. claro, son "romanas".
Mañana el destino es Lavacolla para, al día siguiente, sábado, llegar a Compostela a media mañana y concluir el propósito de ir de una Puerta del Perdón, la de Villafranca, a la Puerta del Perdón de la capital compostelana.
Saludos
Día 6: San Xulián do Camiño - Arzúa ¡¡¡ VIVA SANTA VASELINA ¡¡¡
No.. No creais que es una santa gallega. Ni siquiera figura en el famoso Calendario Zaragozano que trae todos los santos del año. Es, simplemente, una fórmula mágica de farmacopea para evitar las rozaduras, el peor mal que puede tener un caminante.
En el momento en el que te pones a andar, la preocupación máxima es si serás capaz de llegar. Cuentas con tus piernas, con tus piés y tu voluntad para llegar al destino, en este caso lograr alcanzar a entrar en el Pórtico de la Gloria y dar unos cabezazos a O Santo dos Croques. Sin embargo, al empezar a caminar no cuentas con un "hándicap" que te puede amargar la existencia: un calcetín mal colocado, una bota demasiado holgada, una piedrecilla o chica que se te incrusta -nunca sabes cómo- dentro de la bota. Y ahí, precisamente ahí, empiezan los problemas. Comienzas a sentir algo en el pié. Al principio no le das la más mínima importancia. sin embargo, pasado un rato, el malestar se agranda... se agranda... se agranda cada vez más hasta hacerse insoportable. Dejas de pensar en todo y todos tus sentidos se concentran en los dedos, el talón o donde te duela. Cuando terminas de caminar, los resultados ya son desastrosos: andas incómodo, cuando no medio cojo... y los daños son imposibles de reparar en unas horas.
Pero, ¡¡¡ ay amigos ¡¡¡ hay una solución antes de comenzar a andar: unas botas bien "domesticadas", unos calcetines de lana-lana ( no las caralladas acrílicas) y... vaselina... una buena huntada de vaselina en los piés que, pese al pringue, engrasará tu principal medio de locomoción y evitará esas rozaduras que no te dejan ni pensar.
Respecto a la caminata, deciros que llevamos dos días de intenso calor. Las mañanas son magníficas (gallegas, diría yo). La niebla te ayuda por las "corredoiras" por donde transcurre el Camino. Pero a partir de las once de la mañana, la niebla se disipa y comienza un calor sofocante digno del mes de junio. Así son las cosas.
En el Camino, ya os lo he contado, aparecen personajes de lo más singular. Así es al menos el trío de italianos con los que hemos compartido estos dos últimos día . Un boticario de Padua, un jubilado de universidad que toca magníficamente la armónica y que una de sus hijas ha grabado con el grupo "Milladoiro" y un divulgador científico muy aficionado a los vinos por encima de los 14 grados. Rollizos, alegres, forman un trío de película.
Hoy estamos hospedados en el albergue municipal de Arzúa. Ayer, la noche la pasamos en San Xulián do Camiño, un pueblecito de 12 habitantes donde se encuentra un albergue que se llama "O Abrigadoiro". Miguel, su hospitalero, es también todo un personaje. Se ha convertido en imprescindible para todos los vecinos: igual repara una tubería, hace un tejado o ajusta un carro de esos típicamente gallegos cuyas ruedas nos siguen recordando las películas de "romanos".. claro, son "romanas".
Mañana el destino es Lavacolla para, al día siguiente, sábado, llegar a Compostela a media mañana y concluir el propósito de ir de una Puerta del Perdón, la de Villafranca, a la Puerta del Perdón de la capital compostelana.
Saludos
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