“EL BORDÓN Y LA ESTRELLA”.
Mediados de los años 60 … Fiestas del Cristo…Nunca el cine de la villa estuvo tan “hasta los topes”… Durante los cuatro días de su “estreno mundial”, el Teatro Villafranquino se vio saturado de gente de toda la comarca en las habituales sesiones de tarde y noche… Se estrenaba “El Bordón y la Estrella”, una película dirigida por el polifacético cineasta argentino Leon Klimovsky y protagonizada por el guaperas Carlos Estrada, el niño Luis Angel “Pipo”, Carlos Lemos, Trini Montero, Venancio Muro y Diana Sores.
A lo largo de la historia del cine, el Camino de Santiago ha servido de fuente de inspiración directa para varias películas de ficción, de características desde luego muy diferentes: la inclasificable y extraordinaria “La vía láctea”, de Luis Buñuel; “Cotolay”, de Nieves Conde; más recientemente, “La rosa de piedra” de Manuel Palacios y…. “El Bordón y la Estrella” de León Klimovsky. …una película que había levantado verdadera expectación porque parte de su rodaje se hizo…¡ en Villafranca ¡… y con extras…. ¡de Villafranca ¡.
A lo largo de la historia del cine, el Camino de Santiago ha servido de fuente de inspiración directa para varias películas de ficción, de características desde luego muy diferentes: la inclasificable y extraordinaria “La vía láctea”, de Luis Buñuel; “Cotolay”, de Nieves Conde; más recientemente, “La rosa de piedra” de Manuel Palacios y…. “El Bordón y la Estrella” de León Klimovsky. …una película que había levantado verdadera expectación porque parte de su rodaje se hizo…¡ en Villafranca ¡… y con extras…. ¡de Villafranca ¡.
Un año antes, la noticia había corrido como la pólvora entre los chavales..un equipo de cine se había desplazado a Villafranca para “rodar una película”…
Como comprenderéis, aquello fue una auténtica revolución en todo el pueblo y, sobre todo, para los chavales que seguíamos , detenidamente, todas las operaciones del equipo de rodaje: emplazamientos de una descomunal cámara de cine (la primera vista en la villa), iluminación de las escenas en el exterior de la iglesia de Santiago, calle del Agua… todo era una verdadera novedad, sobre todo la seriedad del director cuando, con un fuerte vozarrón, decía:…
-“Atención… Silencio… Cámara…. Acción….”
A mí, aquello, me impresionó y me produjo una descomunal envidia: varios jóvenes de la villa habían sido seleccionados para hacer de “extras”. No olvidaré la imagen de Rellán y Polán vestidos de monjes de la edad media, o las hijas de Sindo “el cartero” y Jesús Treviño “el dentista” vestidas de traje de época, junto a (si mal no recuerdo) nuestra concejala Conchi López y otras mozas y mozos de la villa.
Nosotros, los pequeños, queríamos salir también… por eso, aprovechando un receso en el rodaje de la Calle del Agua, una comisión de osados nos acercamos al de la voz de vozarrón y le preguntamos:
- Y nosotros ¿no podemos salir en la película?
Su respuesta, después de una mirada de indiferencia hacia el grupo, nos dejó con la boca abierta:
- No hay “papel” para vosotros, el único niño es el protagonista, (nos dijo el director).
Desconcertados. Nos quedamos completamente desconcertados y marchamos “con el rabo entre las piernas” preguntándonos qué carallo sería aquello del “papel”.
Un año después, durante el estreno, descubrí lo efímero y raro que es el llamado séptimo arte: esperaba ver una película sobre Villafranca y me encontré con un “rollo” que nada tenía que ver con mis gustos (pelis de guerra, oeste, romanos,…) y, además, los extras del vecindario salían en muy contadas ocasiones.
Al salir del cine, que hace poco cumplió su primer centenario, me dije a mi mismo que si alguna vez salía en una película sería como protagonista… de extra, “na-nai”, vamos... “naranjas de la China”.
A mí, aquello, me impresionó y me produjo una descomunal envidia: varios jóvenes de la villa habían sido seleccionados para hacer de “extras”. No olvidaré la imagen de Rellán y Polán vestidos de monjes de la edad media, o las hijas de Sindo “el cartero” y Jesús Treviño “el dentista” vestidas de traje de época, junto a (si mal no recuerdo) nuestra concejala Conchi López y otras mozas y mozos de la villa.
Nosotros, los pequeños, queríamos salir también… por eso, aprovechando un receso en el rodaje de la Calle del Agua, una comisión de osados nos acercamos al de la voz de vozarrón y le preguntamos:
- Y nosotros ¿no podemos salir en la película?
Su respuesta, después de una mirada de indiferencia hacia el grupo, nos dejó con la boca abierta:
- No hay “papel” para vosotros, el único niño es el protagonista, (nos dijo el director).
Desconcertados. Nos quedamos completamente desconcertados y marchamos “con el rabo entre las piernas” preguntándonos qué carallo sería aquello del “papel”.
Un año después, durante el estreno, descubrí lo efímero y raro que es el llamado séptimo arte: esperaba ver una película sobre Villafranca y me encontré con un “rollo” que nada tenía que ver con mis gustos (pelis de guerra, oeste, romanos,…) y, además, los extras del vecindario salían en muy contadas ocasiones.
Al salir del cine, que hace poco cumplió su primer centenario, me dije a mi mismo que si alguna vez salía en una película sería como protagonista… de extra, “na-nai”, vamos... “naranjas de la China”.
1 comentario:
Garcia Berciano, enhorabuena por tus relatos.Dispones de un metodo para contarlos que te lo hace facil, es el metodo de contar los sentimientos,tu los tienes y muy fuertes, parece que lo estamos viviendo despues de tanto tiempo.Gracias por ello.
Oyes, ¿como se podria uno hacer con esa pelicula?.
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