domingo, febrero 15, 2009



(Su evocación me trae siempre un estremecimiento de placer tan intenso como el que me producía escuchar, entre sábanas, el paso de la banda municipal de Monforte de Lemos por la calle Jesús Adrán, recordándonos que la Villa vivía con alegría una nueva jornada de la fiesta del Cristo).

ALBORADA

El canto de los gallos en el “cabanal” y el alegre gorjeo, anunciando un nuevo día, a cargo de pardales, “paporrubios” y cochorros en la higuera y el cerezo cercanos a la casa de la abuela Olimpia y el siempre recordado herrero Belarmino, eran las primeras señales de bienvenida de un nuevo día. Viaríz, el pueblo de los García y los Sánchez, estaba ya a punto para conmemorar, un año más, la Fiesta del “Sanamede”.

En la tarde anterior, Emérita, mi madre, mi hermano y yo (a mi padre le tocaría seguir en la sastrería hasta el día siguiente) , pertrechados con las mejores galas, nos habíamos trasladado al “Stop” para coger el “camión de los obreros” que nos llevaría a nuestro destino a través de una carretera que tenía, desde la curva del Mirador de Corullón, más de pedregal que de vía de comunicación.

El citado camión recogía a muchos vecinos de Hornija, Viaríz, Cadafresnas, Melezna, Los Mazos y Moral que durante la semana dejaban su esfuerzo en minas y otras obras o fincas por todo el Bierzo y regresaban, el sábado por la tarde tras la jornada laboral, a pasar unas horas con sus familias.

Era, en aquél momento, el único medio regular de transporte de la zona, si exceptuamos el entonces casi inaccesible servicio de taxi o el más barato de todos “a base de zapatilla” por el Camino del Real. (Todavía faltaban unos años para que el siempre emprendedor Pepe Iglesias comprase el primer autobús de segunda -o ¿tercera?- mano e inaugurase la “línea” Villafranca-Cadafresnas. Faltaba, también, algún tiempo para que Dionisio “Ruchán”, de Hornija, comenzase sus constantes viajes con el impresionante Landrover-Santana, admirado vehículo de todos los habitantes del canal).

Pese a estar en el mes de agosto, las mañanas eran frescas. Desde el corredor de la casa de la abuela, justo al lado del horno donde se cocía el pan, se abría, entre una ligera bruma matinal, la cercana Hornija y los valles y montes de Sobredo, Arnadelo, Cabeza de Campo, Los Mazos así como la inquietante y oscura Pena do Seo. Lugares que aparecían desdibujados tras una noche que dejaba una ligerísima capa de rocío en el “alcarcer”, la comida-base de los conejos de la señora Olimpia.

Desde la cama, oía ya el parsimonioso “escachapelear” de la abuela por la cocina junto al lento runrún de algún carro tirado por esas vacas que, en todos los pueblos del Bierzo, han servido, durante décadas por no decir siglos, para un roto y para un descosido: daban leche, servían de tiro del carro y para labrar la tierra con los sempiternos arados romanos, se vendían sus terneros y ellas mismas terminaban sus días en un trueque o hechas carne… (¿Quién da más?).

Mis sentidos permanecían alerta de todo lo que me rodeaba. .. Se acercaba la hora de levantarse. Había que abandonar la cómoda y caliente cama con colchón de lana, que la abuela “vareaba” sin piedad cada verano, para enfrentarse a un día lleno de agradables sorpresas. Lo primero sería desayunar aquella deliciosa “leite migada con pan” para, posteriormente, subir a Casa Soutín a ver a los abuelos “de Arriba” y, en un santiamén, marchar a “O Couso” a esperar a los músicos que amenizarían, casa por casa, la Alborada, la misa y el baile “en sesiones de tarde y noche”.

(continuará…)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nostalgia me entra Señor Garcia, yo tambien desciendo de por ahi arriba. Y me acuerdo del Autobus, que tenia una escalera por fuera, y que subia arriba de todo.
Y que como viajabamos personas y animales, en buena harmonia.
La espontanidad de sus gentes, mi abuela que era un ""Angel "" que igual sabia hacer de ""Comadrona ""
que ponerte un hombro en su sitio.

Tambien me acuerdo de la fiesta de Viariz, de sus "" Buenas gentes "", que con solo con decirles de que familia eras, ponian su casa u su mesa a mi dispósición.

Enfin me ha hecho Usted, sin proponerselo ""Emocionarme "" ante tanto recuerdo. !Cuidese ! !Saludos !