“RADIO VENUS”
(Un bar canalla de vida efímera)
Década de los años 80. Madrid se ha puesto de moda... está en plena “movida”. El Rock-Cola es el “santa santorum” de los locales donde cada noche puedes asistir en directo a conciertos de Gabinete Caligary, Alaska y los Pegamoides, Golpes Bajos, Siniestro Total, Los Ilegales... En el barrio de Malasaña funciona ya por esa época (y afortunadamente todavía hoy sigue con sus puertas abiertas) otro local de copas y buena música: “La Vía Lactea”.
A estos dos bares emblemáticos yo siempre añado un tercero a la hora de hablar de la “movida” (mi "movida" de los años 80): “Radio Venus”.
Muchos de vosotros, sobre todo los más jóvenes, os preguntareis ¿pero qué carallo es Radio Venus?, ¿dónde estaba?. Pues bien... Volad con la imaginación hasta la calle de Arén en la villa. Situaros a la altura del callejón que hay entre el anterior restaurante de La Charola y el bar “Fombasallá”. Entrando en ese callejón, pasada la casa de mi amigo José María (“Malela”), en la parte derecha se encontraba, bajando las escaleras hacia un sótano, el bar de copas del que os hablo.
El local no tenía desperdicio. Lo más cercano a este magnífico “tugurio” son esos bares mejicanos recargados de todo tipo de objetos religiosos y profanos, con luces de diversos colores (siempre chillones), unos sofás con los muelles medio saltados y sillas remendadas... en definitiva, una especie de local que Quentin Tarantino/Robert Rodriguez retrataron en “Abierto hasta el Amanecer” aunque, en este caso, mucho más pequeño y sin vampir@s.
No muy bien visto por gran parte de la villafranca tradicional (las visitas de la pareja de la guardia civil eran frecuentes, sobre todo a la hora del cierre de madrugada) yo disfruté, en los escasos meses que estuvo abierto, de unas magníficas veladas nocturnas con algunos de mis entrañables amigos (aquí tengo que citar, casi por obligación, a mi compadre Fernando)...
Trás unos meses de ausencia, volví a Villafranca de vacaciones... el local estaba ya cerrado... nadie supo decirme el motivo concreto del cerrojazo... el caso es que el dueño (si mal no recuerdo, una persona de ¿Fabero?) nos dejó a unos cuantos jóvenes (por aquél entonces) sin el local al que acudir para tomar “la última” (perdón... "la penúltima" para los supersticiosos).
sábado, agosto 30, 2008
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