lunes, enero 01, 2007

BEBER.

Dicen desde hace años las “malas lenguas”, sin que la historia reciente lo desmienta, que Villafranca está compuesta, en lo esencial, por iglesias y bares…

Muchas de las personas que me han acompañado en estos últimos años a la villa se han quedado perplejas ante el número (ellas creen que excesivo) de establecimientos públicos dedicados a la cosa del trasiego etílico…Como se diría en una clase de filosofía de 5º de Bachillerato: “Si hay muchos bares, es que hay mucha demanda… Si hay mucha demanda, es que hay mucha clientela… Si hay mucha clientela, es que hay muchos bebedores”… Por tanto: “Si hay muchos bares, es que hay muchos bebedores”.

No olvidaré nunca la cara que pusieron en mi casa cuando llegó la futura madre de mis hijas por primera vez a la villa y, tras un breve recorrido matinal, descerrajó la siguiente frase a la hora de la comida:

-Jó, Emérita,… ¡¡¡¡ lo que se bebe aquí.. ¡¡¡¡

-¿Por qué lo dices, Ana?

-Porque, en un santiamén, nos hemos tomado siete blancos…y vengo algo piripi..

Cuando terminamos de comer, mi madre me llamó a un aparte y la bronca fue monumental.La afición de los villafranquinos por el “empine de codo” es legendaria y lo curioso es que, sobre todo a la gente de mi edad, nos cuesta reconocer algo que es público y notorio para cualquier persona que nos visite: en la villa siempre se ha bebido alcohol en exceso….En la generación de los que acabamos de entrar en el “Club de los 50” y en periodo de vacaciones, raro era el día que no “caían” media docena de blancos por la mañana (pardillo..sevilla…genín…pitillo…fombasallá…y gelo marva)… una decena por la tarde (a los apuntados, sumémosles: la barreira… leo…vinchi… la osa…o, cuando no, traspasar el puente camino del peña… francisco el guardia… cruce… stop)… más, si las fuerzas acompañaban, algún coñac o “cubata” –por aquél entonces, las llamadas “copas” no existían- con nocturnidad y alevosía en el "mercanti"l…”panchi club” o el recién inaugurado “burbia”…Viéndolo en perspectiva… parece brutal… pero así era… tan increíble como esta conversación, os puedo asegurar que tan real como la vida misma, que nos ocurrió, en la calle del agua, hace ya más años de los que uno deseara:

- Joder,…este vino está medio “picado”…

- Y… ¿qué le vamos a hacer?... ¡¡¡¡ No lo vamos a tirar, hostia ¡¡¡¡.

Eso sí,… las borracheras las hemos intentado llevar siempre con la máxima dignidad, no fuera que, al día siguiente, alguno de tus amigos te dijera:

“joder, ayer cómo te pilló la eléctrica”...

Hasta tal punto hemos intentado mantener la “dignidad, el equilibrio y una cierta compostura” que, trás una “competición etílica” en una Fiesta del Cristo, un buen y querido amigo echaba, de madrugada, la “pota” en la fuente “de las vacas” camino de su casa.... Cuando mi mujer se acercó para preguntarle si se encontraba bien, la respuesta no dejó lugar a dudas..-¿Yooooo?... Muyyy biennn… es que'stoy befiendo agua porque tengo “secaño”…

Otra cosa decían los bajos de su pantalón

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