Ya os he contado que Emérita, mi madre (q.e.p.d,), tenía un tío-pariente lejano que, cada vez que venía a nuestra casa de visita, nos contaba historias de espíritus, ánimas y otras sensaciones paranormales.. yo pasaba un miedo atroz, pero estas historias siempre levantaron en mí una enorme curiosidad... Esta es una de esas historia escuchadas al calor del brasero:
EL HERMANO DE CUBA
Era de noche cerrada. Antes de irse a la cama, José pasa por el cabanal para echar el último vistazo... "Mañana, piensa, me espera una larga jornada"...Cierra la puerta de la casa y, con el candil de carburo, se dirige hacia la cocina... Cuando pasa por delante de la ventana... fuera, como una sombra, distingue la silueta de alguien portando una enorme maleta... Sorprendido, se acerca para intentar distinguir quién, a esas horas de la noche y en pleno invierno, puede haberse atrevido a desplazarse hasta el pueblo, teniendo sobre todo en cuenta que el único coche de línea pasó hace más de siete horas y, además, no ha escuchado ningún ruído de motor por la carretera.
La curiosidad corroe a José... Forzando lo más posible la vista distingue, a través de la ventana , la silueta de alguien conocido... su forma de andar..
-"Es Luciano", se dice a si mismo .Luciano, el que se fue a Cuba hace más de 20 años y que ahora regresa., Luciano, mi compañero de quinta...¡¡¡¡que alegría¡¡¡?.
-"Bien, José" pensó- " ya tendrás tiempo de hablar mañana con él".
Por la mañana, tras desayunar una buena ración de castañas con leche mazada, José se marcha raudo y veloz a casa de Belarmino, el hermano de Luciano
-Buenos días, Belarmino.
-Buenos días.
-Ya vi anoche que ha vuelto Luciano de Cuba.
- Pero ¿qué dices , José?... Si hace dos meses que no sé nada de él.
-Pues yo te juro que, anoche, vi a Luciano pasando por delante de mi casa con una maleta enorme.
En éstas estaban cuando Argimiro, el cartero, se acerca a Luciano y le entrega una carta.
-Buenos días, Belarmino. Te traigo carta de Cuba.
-Mira, José, hablando de Luciano....
Belarmino abre la carta. Con las primeras líneas, su cara comienza a ponerse pálida....y, poco después se echa a llorar.
-Pero¿ qué dice?, le preguntó José sin entender nada de lo que pasaba
-Que mi hermano Luciano murió la semana pasada en Cuba.
Desde aquel día, José ha dejado de asomarse de noche a la ventana
EL HERMANO DE CUBA
Era de noche cerrada. Antes de irse a la cama, José pasa por el cabanal para echar el último vistazo... "Mañana, piensa, me espera una larga jornada"...Cierra la puerta de la casa y, con el candil de carburo, se dirige hacia la cocina... Cuando pasa por delante de la ventana... fuera, como una sombra, distingue la silueta de alguien portando una enorme maleta... Sorprendido, se acerca para intentar distinguir quién, a esas horas de la noche y en pleno invierno, puede haberse atrevido a desplazarse hasta el pueblo, teniendo sobre todo en cuenta que el único coche de línea pasó hace más de siete horas y, además, no ha escuchado ningún ruído de motor por la carretera.
La curiosidad corroe a José... Forzando lo más posible la vista distingue, a través de la ventana , la silueta de alguien conocido... su forma de andar..
-"Es Luciano", se dice a si mismo .Luciano, el que se fue a Cuba hace más de 20 años y que ahora regresa., Luciano, mi compañero de quinta...¡¡¡¡que alegría¡¡¡?.
-"Bien, José" pensó- " ya tendrás tiempo de hablar mañana con él".
Por la mañana, tras desayunar una buena ración de castañas con leche mazada, José se marcha raudo y veloz a casa de Belarmino, el hermano de Luciano
-Buenos días, Belarmino.
-Buenos días.
-Ya vi anoche que ha vuelto Luciano de Cuba.
- Pero ¿qué dices , José?... Si hace dos meses que no sé nada de él.
-Pues yo te juro que, anoche, vi a Luciano pasando por delante de mi casa con una maleta enorme.
En éstas estaban cuando Argimiro, el cartero, se acerca a Luciano y le entrega una carta.
-Buenos días, Belarmino. Te traigo carta de Cuba.
-Mira, José, hablando de Luciano....
Belarmino abre la carta. Con las primeras líneas, su cara comienza a ponerse pálida....y, poco después se echa a llorar.
-Pero¿ qué dice?, le preguntó José sin entender nada de lo que pasaba
-Que mi hermano Luciano murió la semana pasada en Cuba.
Desde aquel día, José ha dejado de asomarse de noche a la ventana
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